Un nuevo mamífero de la Era de los Dinosaurios en la Patagonia Chilena

El hallazgo de restos de mamíferos en rocas de la Era Mesozoica (lapso comprendido entre los ~250 hasta los 66 millones de años atrás), también conocida como la “Era de los Dinosaurios”, no es una tarea fácil. Los mamíferos tienen una compleja historia evolutiva y una gran diversidad de especies, que después de la extinción de los grandes reptiles del Mesozoico, que conquistaron los océanos (como las ballenas), los polos (como focas y osos), el aire (como los murciélagos), y los más variados ambientes tales, como zonas boscosas, estepas, desiertos, montañas de gran altura, ríos y lagunas, entre otros. En la actualidad existen tres grandes grupos de mamíferos: los monotremas, que incluyen mamíferos que se reproducen por huevos, como el ornitorrinco y el equidna. Los marsupiales, que incluye mamíferos con bolsa marsupial, como los canguros y koalas, y en Chile la yaca y el monito del monte. Y los placentarios, grupo que incluye a la vasta mayoría de los mamíferos vivientes, incluyendo al ser humano. Si bien los primeros mamíferos aparecieron durante la primera mitad del Mesozoico, hace unos 180 millones de años, aun conocemos muy poco sobre la historia de este grupo durante esta Era. Restos de dinosaurios hallados en América del Sur se conocen desde el siglo XIX, sin embargo, restos óseos de mamíferos de esta misma edad geológica recién fueron encontrados a inicio de la década de 1980, o sea hace poco menos de 40 años, en la Patagonia Argentina. Generalmente los mamíferos del Mesozoico fueron de pequeño tamaño, menores a una zarigüeya, y por lo tanto sus restos desperdigados pasan desapercibidos en los grandes afloramientos rocosos, donde, por ejemplo, es más frecuente encontrar fósiles de dinosaurios o cocodrilos. Comúnmente, los mamíferos del Mesozoico se conocen sobre la base de dientes y mandíbulas aisladas, y rara vez se dispone de cráneos o esqueletos parciales, como fue el caso del Vincelestes neuquenianus hallado en la provincia del Neuquén y del Cronopio dentiacutus, en la provincia de Río Negro, ambos en rocas de edad Cretácica.

En Chile, la historia del descubrimiento de mamíferos de la Era Mesozoica es aún más reciente. Durante el 2020, en plena pandemia, se dio a conocer el primer mamífero del Mesozoico Chileno, denominado Magallanodon baikashkenke. A partir de tres dientes molares y un diente incisivo, encontrados en el extremo sur de este país fue posible reconocer la presencia del grupo de los gondwanaterios, los que fueron mamíferos de aspecto similar a un coipo, con dientes adaptados para comer vegetales duros.
Pero la historia no terminó ahí; el descubrimiento en Chile de los primeros restos de mamíferos en rocas Cretácicas incentivó los trabajos de campo focalizados en fósiles de pequeño tamaño, como suelen ser los restos de estos animales, y como resultado se encontraron fósiles nuevos y más completos. Uno de estos fósiles nuevos fue recientemente publicado en la destacada revista Scientific Reports, del grupo Nature, bautizado con el nombre de Orretherium tzen.

La investigación fue liderada por el Dr. Agustín G. Martinelli del Conicet-Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, en conjunto con el Mg. Sergio Soto-Acuña y el Dr. Alexander Vargas de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, el técnico del Conicet Jonatan Kaluza de la Fundación Félix de Azara, los Drs. Francisco Goin y Marcelo Reguero del Museo de La Plata, el Dr. Enrique Bostelman de la Universidad Austral de Chile, el Mg. Pedro Fonseca de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul y el Dr. Marcelo Leppe del Instituto Antártico Chileno. Los trabajos de campo en la Estancia Cerro Guido, en el Valle del Río de Las Chinas, Región de Magallanes, lugar en donde fue hallada la nueva especie, llevan más de 10 años ininterrumpidos, siendo liderados por los paleontólogos Dr. Marcelo Leppe y Dr. Alexander Vargas.

Los restos de Orretherium tzen consisten en una mandíbula con 5 dientes y un diente molar del maxilar, de pequeño tamaño, descubiertos en rocas de la Formación Dorotea (Cuenca Magallanes), con una antigüedad aproximada de entre 74 a 72 millones de años (Cretácico Superior, el último periodo de la Era Mesozoica), obtenida a partir de dataciones radiométricas realizadas en el área.

El origen del nombre Orretherium tiene dos raíces: Orre significa “dientes” en Aonikenk, y therium significa “bestia” en griego, una terminación frecuentemente usada en géneros de mamíferos. Por otro lado, la especie tzen significa “cinco” en Aonikenk, en referencia a tener preservados 5 dientes consecutivos en la mandíbula.

Orretherium posee una dentición más simple que la de los marsupiales y placentarios, y se lo clasifica como un mamíferos meridioléstido de la familia Mesungulatidae. Siendo así, Orretherium está próximamente emparentado con Mesungulatum y Coloniatherium, géneros encontrados en rocas del Cretácico Superior (de unos 70 millones de años de antigüedad) de las provincias argentinas de Río Negro y Chubut, respectivamente, y Peligrotherium del Paleoceno (unos 60 millones de años de antigüedad) de Chubut. Si bien Peligrotherium es una de las formas mejor conocida de los mesungulatidos (se conocen varias mandíbulas y al menos un cráneo casi completo), hasta el momento las especies del Cretácico están representadas por dientes aislados y/o mandíbulas que durante el proceso de fosilización perdieron la mayoría de sus dientes. Dentro de este panorama, el descubrimiento de Orretherium es de suma importancia porque la mandíbula preservada, de menos de 3 cm largo, posee los cinco dientes en posición, permitiendo conocer la variación de la morfología dental en esta especie, y por lo tanto ser una herramienta para ayudar a clasificar dientes que se encuentra aislados, con una posición en la mandíbula o maxilar a veces tentativa.

El paleontólogo Dr. Agustín G. Martinelli destaca que “contar con un material tan bien preservado de un mamífero del Periodo Cretácico es un privilegio y es fundamental para conocer mejor no solo a esta nueva especia mesozoica sino también extrapolar su información para otros mamíferos encontrados en Argentina y el resto de Gondwana.” “A pesar de que los mesungulátidos fueron un grupo muy diversificado para el final de la Era Mesozoica aun necesitamos indagar más sobre sus relaciones de parentesco, su morfología y su rol paleoecológico dentro de los ecosistemas del Cretácico, que han sido extremadamente variados en su composición faunística y florística.” “Los fósiles encontrados en Chile son sumamente importantes para entender el rompecabezas de la historia evolutivas de los mamíferos durante la Era de los dinosaurios.”

El paleontólogo Sergio Soto-Acuña destaca “el hallazgo de Orretherium tzen, junto a Magallanodon baikashkenke nos revela la existencia de una diversidad de linajes de mamíferos en el Mesozoico de Magallanes, de la cual probablemente estamos recién rasguñando la superficie”. “El estudio de los mamíferos del Valle de Las Chinas será fundamental para responder importantes interrogantes evolutivas y biogeográficas que aún persisten en la comunidad paleontológica y nos permitirá comprender mejor la evolución de estos antiguos ecosistemas que ya no existen en la actualidad”.

El paleontólogo Dr. Alexander Vargas, uno de los coordinadores del proyecto, comenta: La evolución de los mamíferos durante la Era de los dinosaurios es aún muy desconocida, y cada descubrimiento de una especie nueva es un avance que llama la atención a nivel mundial. La nueva especie chilena Orretherium tzen es de especial importancia para discutir el origen evolutivo de una importante familia de mamíferos, los mesungulátidos, y la excelente preservación de los fósiles, sumado al descubrimiento previo de Magallanodon, ubica la región de Magallanes como nuevo foco de atención mundial para futuros avances en evolución de los mamíferos.

El Técnico del Conicet Jonatan Kaluza, de la Fundación Félix de Azara-Universidad Maimónides, resaltó: “Los fósiles de animales pequeños nos ayudan a entender y construir una fracción de la biota, aportando importantes conocimientos sobre la ecología y distribución de las especies. Si bien la búsqueda de fósiles es realizada a través de una simple prospección superficial de los sedimentos expuestos, hallar y rescatar fósiles de pequeños animales comprende una estrategia muy distinta a las utilizadas los de mayor tamaño.” “Además, la preservación de los fósiles varía enormemente y en consecuencia, se debe tener un ojo crítico a la hora de seleccionar la técnica apropiada para la extracción-preparación de los ejemplares en cuestión, que incluye especímenes de unos pocos centímetros. Es por esto, que resulta esencial reconocer las ventajas y limitaciones de las técnicas disponibles antes de emprender una expedición paleontológica en busca de este tipo de fósiles. Este conocimiento adquirido a través de la experiencia en otros yacimientos fosilíferos nos permitió armar un rompecabezas de hace 72 millones de años.”

Durante fines de la Era Mesozoica los ecosistemas terrestres eran notoriamente diferentes a los actuales y los fósiles que se encuentran en rocas Cretácicas de la región de Magallanes nos están develando una historia fascinante justo en el momento anterior a la gran extinción de los grandes dinosaurios y otros reptiles (como por ejemplos los pterosaurios y mosasaurios). Sabemos que los mamíferos estuvieron allí y sobrevivieron a esta gran extinción; esperamos con un trabajo minucioso y sistemático seguir desvelando los misterios de nuestros parientes más distantes.

Finalizando, el paleontólogo Dr. Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno, remarcó: “El cerro Guido y el valle del Río de Las Chinas libera año tras año nuevos secretos sobre los últimos episodios de la Era de los Dinosaurios, en una de las localidades de origen continental más australes del mundo, con una diversidad tal, que está ayudando a comprender la compleja historia de la conexión de Patagonia con Antártica y Oceanía”. “Una nueva imagen emerge de estos 20 millones de años atrapados en las rocas de la Provincia de Última Esperanza, una de bosques remanentes de las floras del megacontinente Gondwana, pobladas de una diversidad única de dinosaurios, reptiles, mamíferos, moluscos y aves, a la cual se suma este nuevo ícono magallánico: Orretherium tzen”.

–Este trabajo fue financiado por el Proyecto Anillo ACT-172099 (PIAANID Chile) y el Proyecto FONDECYT N° 1151389 (Chile) “Paleogeographic patterns v/s climate change in South America and the Antarctic Peninsula during the latest Cretaceous: ¿A possible explanation for the origin of the Austral biota?”.

Link del pdf de la publicación: www.nature.com/articles/s41598-021-87245-4
Martinelli, A.G., Soto-Acuña, S., Goin, F.J., Kaluza, J., Bostelmann, J.E., Fonseca, P.H.M., Reguero, M.A., Leppe, M., & Vargas, A.O. 2021. New cladotherian mammal from southern Chile and the evolution of mesungulatid meridiolestidans at the dusk of the Mesozoic Era. Scientific Reports Doi: 10.1038/s41598-021-87245-4

FIGURAS

Figura 1. Mandíbula fósil de Orretherium tzen, un mamífero primitivo del Cretácico Superior del sur de Chile.

Figura 2. Escultura de la reconstrucción en vida de Orretherium tzen, realizada por Marcelo Miñana.

Figura 3. Dibujo de Orretherium tzen por Mauricio Álvarez.

Figura 4. Equipo de la Universidad de Chile, Instituto Antártico Chileno, Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y Fundación Félix de Azara procesando material en la carpa laboratorio. Foto: Roy Fernández.