Los fósiles del Nullotitan glacialis y del Isasicursor santacrucensis, especímenes que vivieron hace 70 millones de años, fueron descubiertos a 30 kilómetros al sur de la localidad de El Calafate por científicos del CONICET.

En el marco del encuentro de fin de año del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN, CONICET) fueron presentados, el pasado miércoles, una serie de descubrimientos paleontológicos denominados por la comunidad científica de la institución como: “Los dinosaurios del fin del mundo”.

El hallazgo fue realizado al sur de la localidad de El Calafate por un grupo de científicos liderado por Fernando Novas, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el MACN. Impulsados por los descubrimientos realizados por el geólogo Francisco Nullo en la década de 1980, cuando realizaba el relevamiento de rocas, el equipo de científicos se dirigió, en enero de este año, hacia la zona: “Nos propusimos redescubrir el sitio utilizando los datos que nos brindó el propio Nullo en sus oficinas en Buenos Aires. De este modo, y con el auxilio de fotografías tomadas en aquel entonces, pudimos relocalizar los huesos del dinosaurio que Nullo había hallado 40 años atrás”, explica Novas.

La expedición que los llevara a perseguir al Nullotitan glacialis, el saurópodo descubierto originalmente por Nullo, posibilitó el hallazgo de otro ejemplar herbívoro de un tamaño similar al de un caballo, el ornitópodo Isasicursor santacrucensis, en honor a su descubridor. “Fue un momento de enorme alegría, y nos entusiasmó para volver en marzo y proseguir con las tareas de exploración”, declara Marcelo Isasi, personal de apoyo del CONICET en el MACN.

Los ejemplares datan de una fauna de 70 millones de años, del periodo cretácico de la Patagonia. Ambos herbívoros, distan en tamaño: según las investigaciones del equipo liderado por Novas, el Nullotitan glacialis, perteneciente al grupo de los tiranosaurios colosaurios, poseía un fémur de 1.90 metros de alto, lo que sugeriría un individuo de más de 25 metros de longitud. En tanto, el Isasicursor santacrucensis alcanzaba unos 4 metros de largo y se desplazaba velozmente sobre sus patas traseras, adaptadas para la carrera. El reptil es representado por una muestra de individuos de varias edades, lo que sugiere que el dinosaurio vivía en manada.

Se hallaron además, en tierras santacruceñas, ejemplares de caracoles fósiles, pertenecientes a diversas familias de moluscos, cuyos parientes vivos habitan regiones tropicales. “Esto demuestra que hacia fines de la era de los dinosaurios el clima del extremo sur de Argentina era cálido y húmedo, con cuerpos de agua y abundante vegetación que brindara hospedaje a los gigantes dinosaurios y a los pequeños invertebrados herbívoros”, explica el líder de la expedición paleontológica. También se recolectaron muestras de roca que al ser procesadas con diferentes sustancias químicas brindaron una variedad de esporas de helechos y granos de polen de gimnospermas y angiospermas de plantas que vivían hace 70 millones de años.

“No lo hicimos solos”, declara Novas. “Contamos con la colaboración de la Secretaria de Cultura de la provincia de Santa Cruz, Vialidad Nacional, empresas que nos proveyeron de herramientas e insumos y la ayuda de los lugareños que nos abrieron las puertas de sus estancias”, explica el científico.

Para los especialistas que encabezaron la expedición, estos hallazgos constituyen la “punta de un iceberg” que representa fielmente la flora y la fauna del cretácico austral. En los próximos meses se continuará investigando en el yacimiento paleontológico con “el objetivo de entender mejor cómo fue la edad de oro de los dinosaurios”, sostiene Novas. Se prevé que la próxima expedición cuente con la colaboración de investigadores del Museo Nacional de Japón y Fuerza Área Argentina.

El encuentro de fin de año culminó con la inauguración de la sala Tiburones, rayas y quimeras por Pablo Tubaro, investigador superior del CONICET y director del MACN, quien agradeció a los presentes y felicitó al equipo de exploradores científicos por sus recientes hallazgos. La nueva sala del museo ofrece un recorrido interactivo por la fauna de los ambientes acuáticos, su evolución y la conservación de las especies.

Fuente: CONICET