Resolviendo las relaciones de parentesco de Sphodrosaurus penssylvanicus, uno de los reptiles fósiles más enigmáticos

El mayor evento de extinción masiva documentado en el registro fósil ocurrió hace aproximadamente 251 millones de años (extinción de fines del Pérmico). En esta extinción desaparecieron hasta el 95% de los géneros de animales marinos y una proporción similar de la biota fue afectada en el ámbito terrestre. Luego de esta extinción, se produjo una gran diversificación de plantas y animales durante el Período Triásico (251-200 millones de años atrás), dando origen a los principales grupos que llegan a la actualidad, incluyendo los precursores de los mamíferos, cocodrilos y tortugas y los primeros dinosaurios. La gran mayoría de los reptiles triásicos se clasifican en dos grandes grupos, los lepidosauromorfos (representados actualmente por tuataras, geckos, lagartos y anfisbenas, entre otros) y los arcosauromorfos (representados actualmente por cocodrilos y aves). Sin embargo, algunos reptiles fósiles triásicos no han podido ser clasificados dentro de estos dos grupos o dentro de algún otro grupo menor. En general, esta incertidumbre se debe principalmente a la falta de información o a combinaciones de características anatómicas muy peculiares. Una de las especies de reptiles fósiles más enigmáticas, con relaciones de parentesco inciertas, es Sphodrosaurus pennsylvanicus del Triásico Tardío del este de los Estados Unidos. Esta especie fue encontrada en la década de 1950 en una cantera del Estado de Pensilvania y originalmente fue reconocida como un procolofónido (un grupo de reptiles extinto de pequeño tamaño).
Sin embargo, esta hipótesis fue rechazada en la década de 1980 y desde ese entonces Sphodrosaurus permaneció como un reptil enigmático.

En el contexto de la pandemia por Covid-19, el paleontólogo alemán Hans-Dieter Sues (hace años trabajando en el Smithsonian de Washington D.C., Estados Unidos) se contactó con el paleontólogo argentino Martín Ezcurra (Museo Argentino de Ciencias Naturales-CONICET) para reestudiar a Sphodrosaurus con el objetivo de intentar develar sus relaciones de parentesco. El fósil de Sphodrosaurus consiste de moldes naturales de los huesos, por lo que el estudio del mismo se lo realizó sobre copias de latex detalladas con el fin de generar positivos de los elementos óseos. El nuevo estudio reveló que Sphodrosaurus comparte muchas características con los arcosauromorfos. Un análisis computacional que incluyó a casi 200 especies de reptiles principalmente triásicos y 900 rasgos anatómicos encontró a Sphodrosaurus como un representante del grupo de los Proterochampsia y dentro de la familia Doswelliidae.
En particular, los Proterochampsia incluyen a animales endémicos de Argentina y Brasil, y Sphodrosaurus estaría relacionado a estas formas.

Adicionalmente, se realizaron una serie de análisis estadísticos a partir de medidas del esqueleto de Sphodrosaurus y otros reptiles fósiles y actuales para explorar sus hábitos de vida. En particular, se encontró que Sphodrosaurus tendría un conformación del cuerpo similar a una especie triásica del noroeste argentino llamada Proterochampsa barrionuevoi, caracterizada por una cabeza desproporcionadamente grande con respecto al resto del cuerpo. Esta especie posiblemente tuvo hábitos semi-acuáticos, similar a los cocodrilos actuales, y se infiere lo mismo para Sphodrosaurus. Finalmente, un estudio de las garras de Sphodrosaurus indicó que este animal tenía la capacidad de procesar el sustrato con las mismas, posiblemente cavando a orillas de cursos de agua.

El nuevo estudio no solo arrojó luz sobre las relaciones de parentesco de uno de los reptiles más enigmáticos del registro fósiles, sino también sobre los hábitos de vida que pudo tener hace aproximadamente 220 millones de años atrás.

Agradecimiento:
A Gabriel Lio por la reconstrucción en vida del animal.

/Sphodrosaurus fosil original/