Encuentran en Patagonia un nuevo dinosaurio carnívoro de 10 metros de largo

Durante el pasado marzo partió desde nuestro museo una campaña paleontológica hacia el sur de nuestro país. El equipo de casi 40 personas, se componía de miembros del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados, a cargo del paleontólogo Dr. Fernando Novas, en conjunto con colegas de la División de Paleobotánica de nuestro museo, como así también, colegas japoneses del Museo Nacional de Tokio, la Universidad de La Plata y la Universidad de Buenos Aires. El destino fue la Estancia La Anita, al suroeste de la Provincia de Santa Cruz, en donde afloran sedimentos de 70 millones de años de edad.
Por casi un mes, el grupo exploró la zona y extrajo una gran cantidad de fósiles. Entre todos estos, destacan particularmente los restos de un enorme carnívoro perteneciente a una familia de dinosaurios llamada Megaraptoridae.
Los Megaraptores fueron un grupo de extraordinarios cazadores que habitaron Sudamérica, Asia y Australia durante el Cretácico. Estos predadores se caracterizaban por un esqueleto esbelto y liviano, una cola larga empleada seguramente como timón, y unas patas largas y poderosas capaces de dar pasos largos durante la carrera. Sin embargo, lo más sorprendente de los Megaraptores eran sus enormes brazos. Los mismos eran largos y estaban rematados en unas garras de unos 35 centímetros de longitud. Esto sumado al enorme desarrollo de inserciones musculares y los amplios rangos de movimientos entre ciertos elementos del brazo indican que, eran los brazos, la principal arma de estos dinosaurios durante la cacería y no sus mandíbulas como ocurre en el famoso Velociraptor o el Tyrannosaurus rex.
Probablemente los Megaraptores no hallan predado sobre los Saurópodos (dinosaurios herbívoros cuadrúpedos de cuello largo), sino más bien sobre otro grupo de herbívoros más pequeños llamados Ornitópodos. Estos pequeños animalitos bípedos, de esqueletos agiles y con hábitos sociales (debido a que se han encontrado numerosos individuos juntos), son hasta ahora, las presas potenciales para los Megaraptores, algo así como las gacelas y los cheetas de la sabana africana. A su vez, los hallazgos paleontológicos han apoyado esto, debido a que es frecuente encontrar a ambos tipos de dinosaurios en una misma formación. En la Estancia La Anita, se excavaron los restos de una nueva especie de megaraptórido, el cuál convivio con el ya conocido Isasicursor, un ornitópodo presentado en el MACN a fines del año pasado.
Esta nueva especie de carnívoro representa una de las más grandes para la familia, debido a que habría alcanzado los 10 metros de largo, pero a su vez, representa también uno de los registros más modernos. Esto implica que los Megaraptores conformaban un elemento de los ecosistemas durante finales de la Era de los Dinosaurios, algo hasta ahora desconocido.
Ahora podemos saber que, bajo enormes coníferas y plantas con flor (Angiospermas) y de entre las patas de un colosal saurópodo y ahuyentando a su paso aves y pequeños mamíferos, un enorme carnívoro se largaba a la carrera tratando de alcanzar una familia de isasicursors, tratando de proveerse así de su presa del día.