Se trata de Telkaralura coniceti, un reptil precursor de los cocodrilos que vivió durante el Período Triásico, recientemente descubierto a partir de la revisión de ejemplares de la colección de paleontología de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR).
Un equipo de investigación liderado por Belén von Baczko y Martín Ezcurra, de la Sección Paleontología de Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, descubrió un nuevo reptil carnívoro perteneciente a la familia de los gracilisúquidos (Gracilisuchidae), el cual había sido previamente interpretado por otros autores como perteneciente a diferentes grupos de reptiles. Por sus dimensiones, Telkaralura coniceti sería el gracilisúquido más grande conocido en todo el mundo.
El estudio, publicado en Ameghiniana -el journal científico de paleontología más prestigioso de Sudamérica- detalla las principales características de este reptil: un animal carnívoro y cuadrúpedo proveniente del Triásico, que superaba los 1,5 metros de longitud, duplicando el tamaño de las especies previamente conocidas en el resto del mundo (Argentina, Brasil y China). El fósil fue hallado originalmente en la década de los ´80 en la Formación Chañares (de aproximadamente 236 millones de años de antigüedad), en lo que actualmente es el Parque Nacional Talampaya en la provincia de La Rioja, Argentina.
Un homenaje a la ciencia argentina
El nombre del género proviene de las palabras “Telkara” (Madre Tierra) y “lura” (lagartija) de la lengua Kakana hablada por los pueblos originarios del noroeste argentino.
El epíteto específico fue acuñado en reconocimiento al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) por su constante apoyo y promoción del desarrollo científico en nuestro país. “Esta entidad es el principal promotor del sistema científico de excelencia que tiene la Argentina, eso es algo de lo que estamos muy agradecidos y por lo cual decidimos dedicarle esta nueva especie para homenajearlo” explica Belén von Baczko (MACN-CONICET).
La importancia de volver a revisar las colecciones
Durante una visita a la colección de la UNLaR, Belén y Martín reconocieron que el espécimen presentaba características semejantes a las del conocido gracilisúquido Gracilisuchus stipanicicorum pero su tamaño era notablemente mayor.
“La revisión de ejemplares de colecciones es una práctica frecuente en la paleontología” Explica Belén y agrega “es importante volver a ver ejemplares de colección desde nuevas perspectivas”
Algunos de los elementos que conforman el cráneo de Telkaralura coniceti son extremadamente delicados, y remover manualmente el sedimento que los cubre podía ponerlos en riesgo, por eso, se utilizó el análisis por medio de micro tomografías computadas. Con esta técnica, se pudo separar y manipular digitalmente cada uno de los huesos articulados de Telkaralura y ver por primera vez partes que se encontraban cubiertas por otros huesos o por sedimento sin riesgo alguno. Este estudio detallado permitió obtener la información necesaria para identificar la nueva especie.
Este descubrimiento demuestra que no todos los nuevos hallazgos ocurren en el campo o en las excavaciones, también ocurren durante la revisión de los ejemplares ya depositados en las colecciones. Por eso, es fundamental el cuidado de las mismas para que los fósiles perduren en el tiempo, ya que son la fuente de información primordial. “Podría decirse que las colecciones son como una biblioteca natural que guarda los registros de la vida en la Tierra y nos permite explorar su historia y evolución a través del tiempo” Explica Belén.



