Las mariposas más antiguas del mundo

Uno de los grupos de insectos más populares y atractivos que podemos encontrar en nuestro día a día, en la naturaleza, en un parque, o incluso en las cercanías de una maceta en un balcón, es el de las mariposas. Revoloteando de un lado a otro, estos insectos se nos presentan con sus múltiples colores, patrones e iridiscencias. Junto con las “menos vistosas” polillas, forman el grupo de los Lepidoptera, que en la actualidad, es uno de los más diversos representando cerca del 10% de las especies conocidas de seres vivos.

El nombre Lepidoptera significa “ala escamosa” y hace referencia a la presencia de escamas microscópicas que cubren el cuerpo y las alas de estos insectos. De hecho, sus bellos colores y patrones que observamos se deben a estas pequeñas escamas que producen diversos colores gracias a su estructura, que afecta la forma en que la luz es reflejada en ella.

Si bien otros insectos como los dípteros (“moscas y mosquitos”), coleópteros (“escarabajos”) también poseen escamas, las de las mariposas son las más complejas de todas debido a que presentan crestas ornamentales en la superficie y, en la mayoría de los grupos de mariposas actuales, son huecas.

Estudios recientes, basados en análisis de datos moleculares de lepidópteros actuales, indican que este grupo de insectos se habría originado hace más de 250 millones de años, antes de que en el planeta ocurriera la mayor de las extinciones masivas a fines del Período Pérmico (Era Paleozoica). Desafortunadamente, los restos fósiles de este tipo de insectos son escasos, lo cual dificulta conocer las primeras etapas de su historia evolutiva. De hecho, los lepidópteros aparecen con mayor frecuencia en el registro fósil recién en rocas del Cretácico Superior (aproximadamente unos 80 millones de años, Era Mesozoica ), junto con  el establecimiento y dominancia de las plantas con flores en los ecosistemas del pasado. Es por ello que las mariposas cretácicas son más cercanas a las mariposas que conocemos en la actualidad. Sin embargo, para poder comprender las etapas tempranas de la evolución de las mariposas y polillas requiere disponer de fósiles cercanos a su origen que nos permitan conocer las primeras características que evolucionaron en el grupo. En ese sentido, la evidencia fósil más antigua e indiscutible de lepidópteros corresponde a unas pocas escamas aisladas pero muy diagnósticas halladas en el límite Triásico-Jurásico de Alemania (alrededor de 201 millones de años) durante la Era Mesozoica.

Vista de la región de La Rioja en donde fue realizado el hallazgo

En un trabajo reciente multidisciplinario liderado por los doctores Lucas Fiorelli y Javier Torrens, integrantes del Grupo de Paleoentomología del CONICET-CRILAR, en colaboración con los Dres. Ezequiel Vera, Valeria Perez Loinaze y Martín Ezcurra del CONICET-MACN, la Dra. María Belén Lara del CECOAL-CONICET-UNNE y la Dra. Julia Brenda Desojo de la UNLP-CONICET, publicado en la revista Journal of South American Earth Sciences, se dieron a conocer los restos de escamas de insectos más antiguos del mundo, halladas dentro de coprolitos -materia fecal fósil- de grandes vertebrados herbívoros (Dicinodontes) descubiertos en el Parque Nacional Talampaya, en el oeste de la Provincia de La Rioja. Los coprolitos y los fósiles de insectos provienen de la Formación Chañares, del Triásico Medio-Superior, y tendrían una edad aproximada de 236 millones de años. Las pequeñas escamas miden unas 100 micras (o sea, una décima de milímetro), son huecas y presentan la superficie ornamentada, una combinación de características únicas presentes en las escamas de mariposas y polillas. Esto sugiere que las escamas de insectos halladas dentro de los coprolitos del triásico riojano corresponderían a los lepidópteros más antiguos del mundo! Teniendo en cuenta la importancia de este hallazgo, por su antigüedad y morfología única entre los insectos, los investigadores decidieron bautizar a estos restos fósiles como Ampatiri eloisae. El nombre Ampatiri es una combinación de dos palabras del Kakán, lengua utilizada por el pueblo Diaguita: “Ámpa”, que significa mariposa, y “tiri”, antiguo. A su vez, el término específico eloisae es un homenaje a la Lic. Eloisa Argarañaz, joven cordobesa descubridora de los primeros coprolitos de la Formación Chañares, que tristemente falleció de manera imprevista al poco tiempo de iniciar sus estudios doctorales.

Las escamas del Triásico de Talampaya poseen ciertas características que permiten relacionarlas a los lepidópteros con probóscide o espiritrompa (Glossata). La espiritrompa es parte del aparato bucal de las mariposas y polillas, y consiste en un largo tubo enrollado utilizado para alimentarse y succionar néctar de las flores. Sin embargo, las plantas con flores aparecen unos 100 millones de años más tarde, durante el Cretácico Temprano. Entonces, ¿de qué se habrían alimentado las mariposas más antiguas del mundo? Si bien hoy en día es difícil imaginar a las mariposas alejadas de las flores, sus parientes del Triásico habrían encontrado su alimento en secreciones generadas por otro tipo de plantas, como las cícadas o grupos extintos de plantas con semilla (como las Bennettitales, Caytoniales o Cheirolepidiaceae).

Este nuevo hallazgo fósil para el Triásico de la Argentina permite establecer la presencia de las mariposas con espiritrompa en nuestros paisajes hace 240 millones de años atrás. Asimismo, usando métodos numéricos que permiten integrar datos fósiles con moleculares, los autores pudieron establecer que el origen de las mariposas con espiritrompa habría ocurrido muy posiblemente durante la etapa de recuperación de la flora y la fauna luego del evento de extinción masiva de fines del Pérmico y comienzos del Triásico.